Quizás estés preocupado/a porque tu niño/a no empieza a hablar. Lo más probable es que no sea nada preocupante, pero mira en qué aspectos te tienes que fijar.
Qué edad tiene?
La edad de inicio del lenguaje está entre los 2 y los 3 años, aunque es muy habitual que en torno a los 12 meses o incluso antes comiencen a decir sus primeras palabras. Cuando empiezan más tarde, podemos hablar de un retraso del habla, que puede ser un mero retraso sin importancia que subsana solo, o podemos estar ante un trastorno del habla o del lenguaje. Lo importante es que entendamos que, si a esta edad no ha empezado a hablar, deberíamos visitar a un/a logopeda para que pueda despejar dudas al respecto, ya que, cuanto antes se empiece a estimular al niño/a en caso de tener un trastorno, mucho mejor será su pronóstico.
2. ¿Oye bien?
Algunos/as niños/as tienen problemas con el habla porque en realidad tienen dificultades de audición.
3. ¿ Comprende bien?
Si oye y comprende bien y está entre los 2 y 3 años, no debería preocuparnos mucho que no hable, ya que la secuencia de adquisición del lenguaje oral siempre es primero entender, y luego, producir (hablar). Se estima que los bebés empiezan a entender gran parte de la conversación desde los 8 o 9 meses, y probablemente alrededor de un año antes de empezar a hablar (las palabras sueltas las entienden mucho antes).
Si embargo, si vemos problemas de comprensión, debemos acudir a un especialista.
4. ¿Pronuncia palabras pero con dificultad y muy despacio?
Otro síntoma que debe alertarnos de un posible trastorno del habla, no necesariamente del lenguaje.
5. ¿Se comunica por gestos?
Si el niño o la niña se comunica y muestra intención de hacerlo, podemos descartar problemas de trastornos sociales.
Las posibles causas de que un/a niño/a de entre 2 y 3 años no hable y produzca muy pocas palabras son de lo más extenso y variado, por lo que mencionaremos solo algunas, las más frecuentes:
Sobreprotección paternal o laxitud de límites. Si el niño o niña lo consiguen todo con el mero balbuceo y señalando, es posible que no se sientan muy motivados/as a comenzar a hablar, ya que no sienten que lo necesiten. El habla tiene que plantearse como un instrumento necesario para conseguir sus fines, y para ello, hay que plantearle retos en su vida diaria.
Problemas de audición.
Retraso en el habla, por estimulación deficiente u otros motivos.
Trastornos del habla (lalopatías) : dislalia, disglosia, disartría. Frecuentemente se deben a anomalías, congénitas o adquiridas, de los órganos del habla. La mayoría son de tipo anatómico o muscular.
Perturbaciones del lenguaje (como el Trastorno de Desarrollo del Lenguaje).
Trastorno del Espectro Autista. Solo en caso de que observemos que no se trata solo de una ausencia de lenguaje, sino de deficiencias en la comunicación en general, así como de una baja motivación a hacerlo incluso por gestos.
Apraxia del habla. Es un problema de tipo neurológico y afecta al habla, no al lenguaje o a la comprensión. Es muy poco frecuente.
Por último, antes de alarmarte recuerda que la edad de comienzo del habla es una condición hereditaria, sobre todo heredada del padre. Si el papá comenzó a hablar en torno a los tres años, es muy probable que los/as hijos/as (o alguno/a de ellos/as) lo hagan a la misma edad.
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