Teniendo en cuenta la etapa en que se encuentran
Te habrá pasado. Que no sabes a qué jugar con tus hijos/as, o que no tienes siempre la energía que requieren sus juegos.
Siempre lo digo:, y lo digo muy en serio: juega sólo cuando te apetezca. Y, si lo disfrutas, además de que será tiempo invertido de calidad, querrás hacerlo más a menudo. No se puede evitar, la mente es así: tendemos a repetir lo que nos agrada.
Por eso, quizás sea el momento de que tomes tú la iniciativa y le propongas los juegos a los/as peques.
¿Vamos allá?
En primer lugar, los niños y niñas suelen demandar más atención por parte de los/as adultos/as en cuanto al tiempo de juego especialmente entre los 2 y los 7 años, luego, progresivamente se irán haciendo más independientes e incluso es posible que ya no quieran compartir sus juegos con nosotros/as. No obstante, incluiremos algunas ideas para la pre adolescencia y la adolescencia porque, al contrario de lo que muchos piensan, es una etapa en la que aún se puede jugar con ellos/as.
2-3 años. ¡Se me agotan las ideas!
Ten en cuenta que acaban de entrar en la etapa preoperacional, y en concreto, estarán en el periodo crítico de desarrollo del lenguaje. Esto es, el aprendizaje más significativo que van a realizar es el aprendizaje social y en concreto, el que se articula a través del lenguaje que irán adquiriendo poco a poco. Empieza el juego simbólico y lo que más les gusta es representar escenas de la vida cotidiana:
-Fingir que comen.
-Fingir que se visten.
-Fingir que cocinan... etc.
Algunas ideas:
¿Has probado a jugar con ellos/as a coger objetos de colores y fingir que son comida? Puedes organizar un divertido picnic en la habitación, con mantel incluido, y aprovechar el momento para fortalecer el vínculo y conoceros mejor. Desde el sentido del humor y la risa, aprovechamos para hablar, reír, haciendo como que comemos un plátano cuando en realidad es un muñeco de color amarillo. De repente, podemos fingir que se pone a llover o que hay tormenta, y tenemos que refugiarnos corriendo debajo de las sábanas, o en el armario...etc.
Excursión por la jungla. En esta etapa les encanta, ¡pero también hasta aproximadamente los 6-7 años! Ahora es muy fácil descargar en el móvil ruidos de la jungla, como el viento, una cascada, los monos e incluso un león. Puedes hacer como que el cuarto de juegos o el salón es la jungla y que vais de exploración, e ir reaccionando a los sonidos que vayas poniendo: ¡Un león! ¡A refugiarnos!
Plastilina amorosa. A esta edad les encanta experimentar con las manos, y la plastilina va a ser un recurso habitual. A tener en cuenta que siempre tiene que ser bajo la supervisión de un adulto, especialmente por debajo de los tres años, para que no les de por comerla. La variante de plastilina amorosa es muy relajante y sirve para jugar a la vez que se expresa el afecto y el contacto físico: consiste en amasar figuras en el cuerpo del otro: por ejemplo, hacer una bola de plastilina amasando en la espalda de mamá; o usar el bracito del peque para hacer una serpiente.
4-6 años. ¡Qué energía!!
No hace falta estar corriendo todo el día con los niños/as de estas edades, aunque sea necesario que tengan varias horas de actividad física al día. Sin embargo, sobrecargarles puede ser contraproducente ya que puede generarles excitación mental y que les cueste mucho relajarse. Te proponemos algunos juegos que sirven tanto si estás recién levantado de una siesta reconfortante como si vienes de trabajar agotada/o.:
Bloques de contrucción y puzzles. Un clásico que nunca defrauda. Es un momento bonito además para interactuar y relajaros juntos. Es muy bonito también jugar al Jenga, esa torre en la que hay que ir quitando palitos sin que se caiga; además de ayudar a desarrollar la inteligencia espacial y la lógica, es muy divertido y genera risas en la familia.
El objeto escondido. Esconde un objeto y deja por la casa escondidas las pistas que le conducirán hasta él. Si todavía no lee, puedes poner las pistas en forma de dibujos, o te lo puede llevar a que se lo leas tú. Recuerda que una pista conducirá a otra, y así. Se puede convertir en una rutina más que se lleve a cabo, por ejemplo, un día a la semana, y mientras el niño/a o los/as hermanos/as juegan a buscar el objeto, revolviéndote eso sí, la casa, tú puedes estar haciendo otras cosas o descansando. Te interrumpirán para preguntarte o comentarte sus logros y progresos, por supuesto, pero forma parte del juego y ayudará a reforzar la complicidad.
Hacer dibujos en familia. Fíjate qué cosa tan simple y sin embargo, es muy útil y relajante. Podéis poner una música suave e inspiradora, o, simplemente, disfrutar del silencio. Encender velas aromáticas o incienso o sentaros en circulo en el suelo con cojines. Dedicáis un rato a dibujar toda la familia mientras conversáis dejando que fluya libremente.
Teatro de sombras. Solo necesitas recortar cartulinas con formas, una tela blanca bien estirada y una linterna. En la página web, en facebook y en el canal de youtube tienes un tutorial para hacer el teatro de sombras, y de paso, lo confeccionas con ellos y haces un rincón de manualidades.
7-9 años. ¡Planazos!
Empiezan a demostrar independencia, no solo física, sino también en las ideas y forma de pensar (van forjando un criterio propio poco a poco), y ya son capaces de hacer operaciones concretas, como sumar, restar, organizar la información y clasificar en conjuntos o agrupaciones, y entender ciertas normas lógicas.
Podemos jugar con el lenguaje, a juegos de toda la vida como las palabras encadenadas; a los trabalenguas y a las adivinanzas; también podemos salir de excursión a recoger hojas de otoño o a clasificar tipos de árboles o insectos y recogerlos en una libreta; jugar a las palabras por iniciales (escribir en un papel una fruta que empiece por c, luego un nombre de chico, etc).
También es buen momento para comenzar con planes culturales adaptados a su edad, como cine, teatro, circo, o parques temáticos.
Inician el interés para los juegos de mesa apropiados para su edad, como el memory, el parchís, etc.
Pero si quieres conquistarles de verdad, organiza una fiesta de pijamas con sus amiguitos con cuentacuentos o "historias de miedo" para los más mayores (a los de 10-11 años también les gustará), con pelis y palomitas. Y empieza a dejarles ir a dormir a casa de familiares, (con los primos, a casa de los abuelos, etc), para fomentar las relaciones familiares, o de los amiguitos con los que tengas mucha confianza.
Y, si tienes la suerte de disponer de un jardín, también puedes proponer ir de "acampada" y que puedan dormir en el jardín con sus amigos en tiendas de campaña. Si no tienes jardín, también se puede hacer la acampada en el salón, adaptándola al espacio o "fabricando" teepees o jaimas con mantas.
10-12 años: Ya no eres un niño/a (pero te quiero igual).
A esta edad a tus hijos/as les encantará saber que entiendes su evolución y que ya puedes hablar con ellos/as de manera diferente a cuando eran pequeños/as. Por ello:
Aprovecha para contarles historias familiares, personales o históricas que no les habías contado nunca.
Es una buena edad para llevarlos a visitar lugares en los que no han estado nunca.
También para hacer actividades multiaventura.
Darles alguna que otra sorpresa imprevista, como improvisar un plan repentino con el que no contaban y que les rompa los esquemas (y a tí también). ¡Volveros un poco locos!
Por otra parte, es una edad ideal para juegos de mesa, talleres temáticos y para que les enseñes nuevos juegos de cartas. Jugar en familia estrechará los lazos afectivos una barbaridad. Recuerda las opciones de toda la vida como los dados, el dominó o las damas.
Si tus hijos/as y tú sois más bien creativos, también podrías aprovechar para hacer murales familiares artísticos (con papel continuo o un lienzo grande, pintura de dedos o de manos, pinceles, o lo que se os ocurra), o, por qué no, hacer cómics de la familia (o concursos a ver quién hace el mejor cómic esa semana), y, de paso, aprovecháis para fomentar la autocrítica y el sentido del humor.
A estas edades también funcionan muy bien las acampadas en casa (o fuera).
12-14 años. Pereza...
Empiezan a tener menos energía y a estar todo el día "como cansados". También puedes notar en ellos/as una especie de desgana, desmotivación o inapetencia. Alineate con su energía sea la que sea, no la juzgues. Probablemente estén cansados de verdad, debido al cóctel de hormonas que se está cociendo en su cuerpo. Y no pienses que "solo están cansados para lo que les interesa", porque la motivación juega un papel importantísimo en el cansancio, y sí: a tí también te pasa. Compréndelos y ofrece alternativas para que puedan seguir jugando contigo de vez en cuando.
A los videojuegos, juntos o compitiendo. Recuerda echarle sentido del humor.
A juegos de mesa o a las cartas
A hacer noche temática de cinefórum en familia. Lo más importante a esta edad es que se sientan escuchados y aceptados, aunque a veces sus opiniones sean erráticas o poco mesuradas. Necesitan experimentar con la lógica formal y están experimentando una nueva visión del mundo, y no siempre te va a gustar. Anímales a expresarse y a debatir, y recuerda que en estos momentos de interacción, lo importante no es llevar la razón ni sentar cátedra: los has organizado tú para mejorar el clima afectivo en casa y darles cariño y buena comunicación.
Concursos de talentos o "Got Talent" Familiar. ¿Te imaginas una noche de sábado en la que en lugar de ver la tele, vosotros seáis el programa de entretenimiento? Podéis hacer concursos de talentos con actuaciones en casa, ya sea totalmente absurdas para reir, ya sea mostrando talentos reales de cada uno (alternar una cosa y otra será éxito seguro). No solo sirve para divertirse de lo lindo, sino que, además, supone una inyección de autoestima impresionante, y ayuda a desarrollar habilidades sociales y creativas. También te permitirá descubrir talentos hasta ahora ocultos en tus hijos/as y poder resaltarlos; pero también ellos/as te conocerán mejor a tí: descubrirán ditintas facetas tuyas, tus talentos y también que no tienes complejos, que gozas de un buen sentido del humor y capacidad para reírte de ti mismo/a que les conquistará por completo.
Y, lo más importante, descubre sus pasiones y aficiones a ayúdales a cultivarlas. Si además puedes compartirlas, aunque sea de vez en cuando, con ellos/as, mejor que mejor. Pero, si no quieren compartirlas contigo porque necesitan su espacio personal de independencia, o, sencillamente a ti no se te dan bien o no las puedes desempeñar, al menos interésate por ellas y facilítale, no solo los medios para realizarlas, sino el que te pueda hablar de ellas o enseñarte acerca de ellas. Y recuerda felicitarle por sus logros.
14-17 años. Amigos/as.
Qué le vamos a hacer. Su vida son amigos/as. Por supuesto que querrán pasar momentos lúdicos contigo: pero necesitan mucho tiempo para su vida social, y también para estar a solas y cultivar su mundo interior. Propón un plan interesante de vez en cuando y entiende su negativa: también puedes ofrecerle una alternativa: que tú propongas el plan y él/ella la fecha. Aprovecha para independizarte un poco y hacer planes con tus amigos/as y familia, y retomar tu vida social.
Propón juegos que supongan un reto para ellos/as; como acertijos complicados o "resolver el crimen"; o bien aquéllos que supongan profundizar en el autoconocimiento, o que pongan en juego dilemas lógicos, morales o filosóficos.
También, si practicas algún deporte, se puede llevar a cabo de vez en cuando con tus hijos/as. Y si a ellos les gusta mucho el deporte, pues mejor que mejor. ¿Qué tal una noche en la bolera?
Por supuesto, todos los juegos de cartas y de mesa de adultos/as son bienvenidos; y, aunque a veces les cueste reconocerlo, les sigue encantando el recate, el escondite inglés... puedes jugarlo con toda la familia, primos, tíos,etc., siempre y cuando ¡no estén sus amigos delante! A no ser que tu hijo/a sea la excepción que confirma la regla y goce de una seguridad en sí mismo/a y una madurez excepcional, les dará vergüenza hacer cualquier cosa con sus padres delante de sus amigos/as. No es culpa tuya: necesitan demostrar que no son niños/as.
Lo mismo sucede con juegos multiaventura o de competición; que se pueden jugar en familia, como el paintball, las gymkanas, las carreras o los juegos de rol. ¿Por qué no reunir a toda la familia de vez en cuando para jugar? Si quieres reforzar lazos con tus hijos/as porque sientes que se están deteriorando, ¡es una buena ocasión para jugar en el mismo equipo! Y también de tener anécdotas que comentar al llegar a casa y que seguro que nos darán para varias comidas familiares...
Recuerda que, al fin y al cabo, tus hijos/as te están haciendo jugar y reconectar con tu niño/a interior. Disfruta del juego.
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